El Problema de la Generación de los 80 y 90
¿POR QUÉ LUCÍA ESTÁ TRISTE?
Lucía es una chica divertida, que disfruta de su día a día, tiene muchos amigos, le encanta hacer planes y viajar. A primera vista todo el mundo diría que está contenta con su vida y con su situación actual.
Pero el mundo se equivoca, hay un problema que tiene Lucía, Lucía, no es feliz. O al menos de la manera que le dijeron que sería felíz. Y por Lucía, me refiero a toda una generación que se encuentra entre los 20 y 30 años.
Para encontrar la respuesta de por qué Lucía, no es feliz, tenemos que remontarnos a la época de sus abuelos. Solo así podremos entender por qué Lucía, y tantas otras personas de la generación de los 80 y 90 no son felices.
El pasado antes de ser Especial
Los padres de Lucía, vienen de la época de los 50 y 60. En esta época la situación cambió radicalmente en España, se empezó a liberar la sociedad. Los abuelos de Lucia les decían a sus hijos que debían de ser trabajadores y estudiosos, pero sobre todo estaban obsesionados con la idea de que tuvieran un trabajo de provecho. El hecho de sufrir una guerra marco a la generación de esos abuelos, así como el clima político que se vivía, por lo que la seguridad y tener una buena carrera laboral fue un pilar básico que todos esos abuelos inculcaban.
Se les enseño que lo mejoren la vida era tener una casa y un coche, y que solo el duro trabajo les haría llegar a estos objetivos. Por lo que los padres de Lucía,, tras estudiar en la época de la liberación, si pudieron estudiar claro está, o mucho trabajar en puestos no calificados, comenzaron a desarrollarse en el mundo profesional.
La década de los 70, 80 y 90 se caracterizó por una de las mayores en cuanto a prosperidad y trabajo. Por lo que las expectativas que tenían los padres de Lucía, hacia los que serían sus hijos, serían aún mejores que las que se habían pensado cuando eran jovenes. Y aquí entran en juego las expectativas.
Reflexionemos un momento, tener expectativas es adaptativo y es un mecanismoque realizamos prácticamente de manera automática. Por ejemplo, si vas al cine y te metes a ver una película de la que no habías oído hablar, tus expectativas serán más bien bajas. Si esta película te entretiene y resulta ser muy buena, tenemos como resultado que la realidad ha superado la idea que tenías sobre si la película sería buena, por lo que la película te encantará.
Sin embargo, imaginemos que al día siguiente le comentas a tu amigo lo extraordinaria y fantástica que es la película que viste ayer, lo entretenida y lo espectacular que es. Tu amigo que es una de las mejores películas que vaya a ver y cuando vaya al cine y la vea, sus expectativas serán tan altas que difícilmente le gustará tanto como a ti.
Muy bien, tenemos claro lo de las expectativas ¿verdad? Pues volvemos al pasado, los padres de Lucía, esperaban poder trabajar y conseguir la casa y el coche de sus sueños, y no solo consiguieron todo eso, sino que además muchos de ellos compraron un segundo coche, una segunda casa, podían viajar más que sus padres y llevar una vida mucho mejor de los que nadie esperaba. Sus expectativas eran más bajas que la realidad, y al final la realidad supero muy por encima sus expectativas.
REALIDAD – EXPECTATIVAS = FELICIDAD
Al final los padres de Lucía, eran más optimistas y estaban más satisfechos en general, el hecho de conseguir todo lo que se espera de ti y sobrepasarlo te hace sentir muy bien. Su vida era más fácil que la que habían vivido sus padres, tenían estabilidad y podían llevar un estilo de vida que estaba por encima de lo que habían pensado.
El Presente y Ser Especial
Toda esta generación, la de los padres de Lucía,, hace que se genere un nuevo mensaje para la generación que está por llegar, la generación de los 80 y 90, la generación de Lucía,. Y aquí se genera el mensaje que nos trae a este artículo: “Puedes conseguir todo lo que te propongas porque eres especial”.
Nos quedamos con estos dos conceptos, conseguir lo que quieras y especial. Así Lucía, desde pequeña empieza a comprender que ella es especial y que si quiere algo, lo va a conseguir. Ha visto a sus padres conseguir una buena casa y un buen coche. Pero Lucía, quiere más, y quiere más porque puede conseguir lo que quiera, ella es especial.
No solo lo piensa Lucía,, sino la gran mayoría de las personas que pertenecen a esta generación, hay que tener en cuenta que la sociedad que le rodea se ha encargado de recordárselo cada día y que ininterrumpidamente le manda ese mensaje.
Por eso, Lucía, quiere una casa mejor que la de sus padres, una casa con piscina y más grande, con más habitaciones, mejor diseñada y con jardín. Lucía, también quiere un coche mejor, porque ella es especial, ha sido especial desde que nació y se merece un coche que la haga sentir tan especial como ella piensa que es.
Sus padres y la sociedad, lanzan un mensaje diferente al “trabajo seguro” que inculcaban sus abuelos. Ahora debe estudiar, ir a la universidad, tener una carrera y un trabajo no solo que le dé para vivir sino que la satisfaga. Por que es Especial.
Recapitulando, Lucía, no quiere lo mismo, quiere más que sus padres, quiere tener su casa, su coche, su trabajo, pero no un trabajo cualquiera que le aporte ingresos, no, el trabajo debe también de llenarla profesionalmente y satisfacerla porque no lo olvidemos, Lucía, es especial y merece ser feliz a todas horas en cada instante.
Este mensaje ha recalado muy hondo en Lucía,. Todos tenemos que buscar un trabajo que nos satisfaga y conseguir nuestros sueños más altos. Es lo que se espera que haga. Lucía, lo sabe, pero Lucía, tiene en sus pensamientos una alucinación que comparte con los de su época. Una idea que solo ella cree tener. “Si, todo el mundo busca un trabajo que le satisfaga, pero yo soy más especial. El mío será mucho más especial y mucho mejor que el de los demás. Porque yo soy más especial que el resto.”
La pobre Lucía, parece no saber la regla básica sobre ser especial. Vamos a explicárselo.
Especial, dice ser mejor, más grande, con mejores cualidades de lo que es habitual.
Habitual, vamos a ver, si Lucía, piensa que es especial, y todos los de su generación también lo piensan, ser especial será habitual en esta generación (o al menos pensar que se es especial) por lo tanto, y mediante una deducción fácil, ninguno de ellos es especial. Especial no quiere decir prácticamente nada.
De hecho, si eres de la generación de Lucía,, seguramente te estarás diciendo, bueno pero yo sí que soy especial, soy de los realmente únicos. El mensaje ha hecho mella en practicamente todos de alguna manera, y costará arrancar de la memoria esta afirmación.
Por si fuera poco estos mensajes continuos que la generacion de los 80 y 90 tienen insertado en sus mentes, vamos a sumar otro elemento más. Los padres de Lucía, sabían que debían trabajar duro para conseguir un buen trabajo. De hecho, muchos de ellos conseguirían puestos importantes solo gracias al duro trabajo tras años y años de sacrificio. Para Lucía, esto no es exactamente igual. Lucía, es especial y la vida le depara algo especial, y tener una carrera exitosa solo es cuestión de tiempo y de elegir qué camino tomar. No hará falta sacrificar más tiempo del estrictamente necesario, ella es capaz de conseguir el éxito haciendo lo mínimo.
Su expectativa laboral será algo como esto:
Podemos ver como Lucía, obtiene la casa que desea con un precioso jardín y piscina además del coche que ella merece en un plazo corto de tiempo. La realidad, es que para conseguir hacerte un hueco en la vida profesional y poder desarrollarte y lograr una carrera debes seguir un camino difícil y muy duro.
Conseguir un puesto alto en una empresa o llegar a tener un proyecto propio de alto nivel lleva años de trabajo duro, constancia y sacrificio. E incluso para aquellos realmente especiales, debemos saber que a la gran mayoría el éxito no les llego cuando estaban en la década de los veintitantos. (dejemos los 4 típicos ejemplos de turno como Bill Gates, Steve Jobs, o el de Facebook)
Las expectativas que no satisfacemos, nos producen frustración y genera en nosotros un sentimiento de incapacidad.
Parece ser que Lucía, tiene varias ideas que ni siquiera parece ser consciente de ellas. Si perteneces a esta generación o conoces a alguien que pertenezca a ella deberías de preguntar o preguntarte ¿Cuáles son mis expectativas?
Mencionando al profesor de la Universidad de New Hampshire, Paul Harvey, para poder contestarlas de manera correcta nos deberíamos hacer 2 preguntas, estas preguntas serian:
- ¿Te sientes generalmente superior a tus compañeros de trabajo/amigos?
- Sí es así, ¿por qué?
El doctor Harvey nos cuenta que “si la persona responde que sí a la primera pregunta, pero lucha con el “por qué”, puede haber un problema de expectativas. Estoy seguro que Lucía, sufriría con el “por qué”y pasarÍa un momento incómodo.
La percepción que tenemos de nosotros mismos se basan en el derecho (lo que se nos debe porque somos especiales) y al sentimiento de superioridad sobre los demás.
La justificación para ser especial, y que el mundo este a tu entera disposición carecen de sentido.
Volvamos con Lucía,, encontramos que ella tiene una gran ambición sobre conseguir lo que quiere, y Lucía, quiere conseguir todo lo mejor. Lucía, es algo arrogante, porque piensa que el mundo se lo debe, pero también es algo ilusa.
Sus expectativas son muy altas, sus padres siempre la han animado a conseguir todo lo mejor, porque es especial y esas expectativas alcanzaron sus picos más altos en la Universidad, donde al acabar, estaría preparada para su camino hacia el éxito. Por lo tanto, según piensa Lucía,, en cuanto acabe la carrera y comience a trabajar sus expectativas y su vida serán algo así:
El resumen de todo lo hablado seria el dibujo anterior, pero para disgusto de Lucía, aún queda una cosa más, y una de las más importantes y de la que ella forma parte. Las redes sociales y la comparación.
Los padres de Lucía, tenían amigos y compañeros en secundaria y en la universidad que pueden haber tenido más éxito que ellos, pero rara vez oían hablar de ellos o sabían dónde estaban exactamente.
Lucía sin embargo sabe exactamente que hace toda la gente que conoce, pero no saben solo lo que hacen, Lucía podría decirte donde ha estado de vacaciones una chica que conoció en una clase hace dos años, que han hecho sus amigas de instituto, que ha comido una de sus mejores amigas y hasta si tiene heridas en los pies porque le roza el talón ligeramente en el zapato. Y esto es así porque todo el mundo está colgando constantemente en las redes sociales lo bien que le va.
Las redes sociales crean un mundo donde Lucía encuentra que:
- La vida de los demás está totalmente expuesta a quien la quiera ver y a Laura que es curiosa, le gusta saber cómo les va.
- La mayoría de las personas exponen una visión de sí misma que es poco más que exagerada.
- La gente airea todo lo que le pasa y si es algo bueno, intenta que todo el mundo lo vea para presumir y que los demás vean lo especiales que son.
Y por si fuera poco todo lo anteriorde lo que hemos hablado, ahora añadimos la lenta y constante miseria durante todos los días. Cada vez que se conecta a una red social se frustra más.
Gráficamente quedaría así:
Por lo que Lucía ve que todo el mundo lo está haciendo muy bien, consiguen lo que quieren, son felices, se lo pasan bien en cada momento, todos menos ella.
Al final tenemos a Lucía con unas expectativas muy altas para sí misma (metas muy difíciles de alcanzar), con mucha frustración por que no alcanza lo que ella quiere y todo el mundo espera que consiga, y además se compara sin parar y negativamente con todos sus conocidos, ya que todos ellos exponen al mundo una realidad, que generalmente es inventada.
Ahora podemos entender porque Lucía no está feliz y se siente desanimada.
Una vez que se sabe, no es de extrañar ¿verdad?
El Futuro, no te hace falta Ser Especial
Pero hemos conseguido algo muy bueno, Lucía ya lo sabe, y quiere salir del desánimo en el que se encuentra, así que vamos a darle unos consejos a Lucía para que salga de este círculo vicioso en el que está metida.
Los consejos son:
- Mantente ambiciosa. Hemos hablado mucho sobre expectativas, y está muy bien que las tengas porque conseguirán que cumplas tus objetivos y te centres en lo que quieres. El mundo ofrece oportunidades para que una persona, con ambición, pueda tener su propia casa y su coche. Pero hazte expectativas que puedas alcanzar tanto a corto como a largo plazo, y ten en cuenta que debes tener metas realistas y otras algo más difíciles de conseguir, pero por favor que no sea algo que no tenga fundamento alguno.
- Deja de pensar que eres especial. El hecho es que, ahora mismo, no eres especial. Lucía es una persona joven y con poca experiencia, que no tiene casi nada que ofrecer todavía. Se tiene que dar tiempo y trabajar duro. Puedes ser especial, siempre que sea trabajando muy duro y durante mucho tiempo. Te lo tienes que ganar.
- No hagas caso de todo lo que hacen, dicen o propagan los demás en Facebook, twitter, instagram y demás redes sociales. Que el jardín del vecino sea mejor que el tuyo no es un refrán nuevo. Aunque hoy en día estamos tragando jardín del vecino a todas horas, y parece que sea un jardín lleno de margaritas, ninfas y elfos. Todo el mundo, y te lo digo otra vez porque es importante que se te quede. Todo el mundo es tan indeciso, dubitativo y puede estar tan frustrado como tú. Si estas realizando tu propio camino ya sea trabajando para una empresa o por cuenta propia, síguelo y no te pares a mirar los jardines de los que están a tu lado. No son el tuyo, a ti te gustan las margaritas y a ellos los tulipanes, déjalos que se hagan el jardín que quieran y no permitas que te afecten aunque tus margaritas aún no hayan florecido. Al final, si pones tiempo en él, florecerán.
Con trabajo y dedicación es como se consiguen las cosas, nadie consigue nada sin estas dos condiciones, todo el mundo que quiera lo mejor para si mismo, lo puede conseguir. No hace falta ser especial, y eso es una cosa que Lucía ya sabe.
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