Resiliencia, una palabra que así, a priori, nos resulta complicada de pronunciar, incluso ajena a nuestra vida cotidiana y, sin embargo, es un concepto ampliamente utilizado en el mundo científico.

Resiliencia, hace referencia a una propiedad de los materiales por la cual un objeto elástico, es decir, un muelle o un resorte, que es sometido a una presión o fuerza determinada, es capaz, de una vez que cesa dicha presión, recuperar su forma original.

Pues bien, si trasladamos este concepto al mundo de la Psicología y de las Ciencias Sociales, nos referimos a la capacidad que tienen las personas para resistir y recuperarse, ante circunstancias adversas, bien sean éstas de carácter individual o psicosocial.

Como una capacidad de las personas, una capacidad positiva para poder resistir, aguantar, las situaciones más terribles que pueda soportar el ser humano.

Resiliencia es una capacidad que todos tenemos para poder afrontar la adversidad y no venirnos abajo, afrontar la adversidad creando los recursos necesarios para salir, incluso fortalecido.

Inicios de la Resiliencia

Los estudios sobre resiliencia surgieron a mediados de los años 70, al principio se pensaba que era una capacidad innata con la que nacían las personas, pero a medida que iban surgiendo investigaciones más exhaustivas sobre el tema, se vio que esta cualidad, podía desarrollarse a edades muy tempranas.

Comenzaron estudiándose las familias de niños que tenían padres alcohólicos, la situación de los niños con los padres alcohólicos, se pensaba que estos niños estarían más predispuestos a tener trastornos cuando fueran mayores, estos niños que había sido educados en estos ambientes tan terribles, sin embargo, se observó que no era así, que los niños eran capaces, a pesar de haberse desarrollado en esos ambientes tan adversos, de poder ser unas personas completamente normales y adaptadas a la sociedad.

La Resiliencia vista desde la Neurociencia

resiliencia aprender a salir adelanteEs importante ver que el cerebro se va configurando continuamente con las experiencias vividas, y tenemos un potencial muy fuerte, podemos afrontar cualquier circunstancia difícil de la vida, siempre que no tengamos miedo.

Según estos estudios, realizados en el ámbito de la Psiquiatría y la Neurociencia, se fue comprobando que la Resiliencia no es tanto que sea heredada o adquirida, sino que resulta mayormente de la interacción y de la adaptación que cada persona hace con su ambiente y con los conflictos que le surgen a lo largo de su vida.

Es el ejemplo clásico del desarrollo de la inteligencia.

Un niño puede ser muy inteligente, pero si no se le dan las oportunidades para estudiar, para desarrollar esas capacidades intelectuales, evidentemente, no llegará a desarrollar el potencial.

Lo mismo ocurre con los factores de resiliencia, es decir, el niño tiene que tener la oportunidad de vivir situaciones, no tienen por qué ser extremas, pero en la cuales viva condiciones adversas, para poder desarrollar estos factores de resiliencia, la resiliencia está muy relacionada con el desarrollo, depende de las circunstancias de cada uno.

La gente es más vulnerable, tendemos sobreproteger a los niños y hacer que no sean autónomos, que no afronten retos,n embargo esto hace que sean más débiles, y no consigan la experiencia necesaria para desarrollar su actitud, o mejor dicho, su resilencia.

Esta capacidad de resiliencia se puede desarrollar para afrontar cualquier reto, cualquier dificultad de la vida, y no solamente aguantar, sino, fortalecerse y salir mejor.

Las Tres C´s

Una persona para superar la adversidad tiene que tener tres elementos, el primero de ellos es que tiene que tener CONTROL, tener la capacidad de adquirir el control de su propia persona, el control a todos los niveles, el control de sus síntomas, el control de sus emociones, el control de sus pensamientos, cada uno tiene que ser autónomo para tomar sus propias decisiones y para asumir sus responsabilidades.

El Control

Adquirir el control, significa no depender de los demás, y a veces en nuestros modelos de asistencia hablamos de pacientes, que de forma pasiva y resignada están dependiendo de otros, dependen de las instituciones sanitarias, dependen de la ayuda que se les da, dependen de las atenciones de la familia, y acaban por ser sujetos absolutamente dependientes y pasivos, y hay que cambiar ese chic, cambiar esa mentalidad, hay que conseguir que la persona sea “el control”, el dueño de su propia persona.

El miedo es lo que más provoca estrés, y es lo que más dificulta la resiliencia, y en cambio la confianza, el saber que puedo, que soy capaz, poco a poco va desarrollando esta capacidad en las personas, es algo innato, pero a la vez, también se puede desarrollar.

El Cambio

Segundo, el sujeto tiene que aceptar la siguiente C, que es el CAMBIO, ahí tenemos que aceptar los cambios que se producen en nuestra vida, pero eso todos, los cambios que ocurren en el desarrollo, los que ocurren con la edad, los que ocurren en diferentes situaciones, y la verdad es que nos acostumbramos, sobre todo cuando ya llevamos un cierto tiempo y una cierta edad, trabajando por el mundo, a tener las cosas como demasiados rígidas, demasiado establecidas, y somos muy resistentes a cambiar, y tenemos que aceptar que el cambio es consustancial con nuestra existencia.

“Nadie se baña dos veces en el mismo río”, decían los filósofos antiguos, porque todo fluye, todo cambia y las circunstancias cambian, a mí me gustaría tener algunas características de cuando era joven, otros dicen “es que yo quería ser como cuando era antes”.

Eso es imposible.

Tenemos que aceptar la nueva situación y las nuevas circunstancias que nos imponen la vida, incluso con las restricciones, incluso a partir de ellas, incluso llegar a dar sentido a las mismas.

resiliencia

Nosotros hemos estudiado personas que, a lo mejor, han sufrido la misma circunstancia, un ERE, han sido despedidas de la empresa, y, pasados unos años, te encuentras que una persona te dice: “pues mira, gracias a que me echaron de aquella empresa, empecé a buscar trabajo y estoy en un sitio muchísimo mejor, mejor pagado, con mejor puesto”.

Otra gente, en la misma circunstancia, sigue preguntándose: “y por qué a mí, y por qué tuve tan mala suerte, y por qué me pasó esto”, y sigue bloqueado, y sigue en paro, sin poder encontrar recursos.

Esa es la diferencia.

Lo que nosotros queremos desarrollar son, las capacidades para afrontar lo que nos venga de la vida, los retos de la vida.

El Compromiso

La tercera parte del esquema, la tercera C que se plantea desde la Psicología, para desarrollar programas de prevención y aprender a afrontar los traumas, es COMPROMISO.

No podemos vivir la vida, pasando por encima, sino que la vida implica comprometerse con algo, estamos comprometidos, lo primero con nosotros mismos, un compromiso con nosotros mismos es llevar una vida digna, en la cual seguimos un sistema de creencias, un sistema de valores, con los cuales, de alguna manera, comprometemos nuestra existencia, pero también, una serie de compromisos que tenemos con la gente que nos rodea, con nuestros familiares, con nuestros amigos, con nuestros compañeros de trabajo, con nuestra profesión, con otras personas, que tienen los mismos problemas que nosotros, por eso el asociacionismo, el asociarse con grupos, ver gentes que están pasando esta misma situación y no aislarse, sino, relacionarse, compartiendo con ellos sus inquietudes y sus experiencias, son necesarios para superar el sufrimiento postraumático.

La Resiliencia es la confianza

El sentir que personas que tienen una autoridad; un padre, un tutor, la madre, una persona que es un punto de referencia, un vínculo importante, confía en ti, eso es lo más importante, la confianza.

Una variable que hemos visto en estudios, que tiene un poder modulador o amortiguador importante, es el autoconcepto, la autoeficacia, todo lo que tiene que ver con una percepción positiva de sí mismo, de su eficacia profesional, de sus capacidades.

Esta percepción positiva de sí mismo es una dimensión clásica en todos los modelos de resiliencia.

Otras variables; la percepción positiva del mundo, el optimismo.

Este tipo de estudios sobre Resiliencia, están dando un giro considerable en las terapias aplicadas para el tratamiento de las personas que sufren de estrés postraumático.

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Y la recuperación muchas veces, por desgracia, se ha centrado solamente en los aspectos negativos, es decir, identificar los síntomas que tienen, considerarlo como un enfermo mental, ponerles tratamientos más o menos intensos, que a veces los necesitan, programas, pero sobre todo, centrados en la enfermedad.

Y a veces, hemos olvidado que todas las personas tienen esa capacidad de responder, de rehacerse y de recuperar su dignidad, y de construir su propia vida.

Muchas veces, cuando entrevistamos a personas nos dicen: “a partir de aquello que me pasó, de aquel accidente que tuve, de aquel despido…”, hemos tenido casos muy interesantes, nos dicen: “aquello me aportó hacerme mucho más humano, más fuerte, ahora no tengo miedo, porque cuando un reto se supera, los siguientes son más fáciles”.

Estos serían, de alguna manera, los rasgos en el tratamiento del trauma individual, pero no podemos olvidar otro tipo de traumas que son de carácter más colectivo, que dependen del contexto social en el que la persona se desenvuelve, y que, a veces, nos resultan todavía menos controlables.

El trauma también tiene un importante componente psicosocial, es decir, estas situaciones de las cuales, estamos viviendo o hemos vivido; desastres, catástrofes, crisis socioeconómicas, como la que estamos viviendo actualmente, tienen una gran repercusión social, porque repercuten y porque inciden en una sociedad.

Y una de las características de este tipo de crisis es que, afectan mucho más, ponen de relieve aquellos puntos más débiles, más frágiles, más vulnerables de nuestra sociedad, hasta tal punto que, esta crisis que estamos viviendo, acaba convirtiéndose en una crisis de valores y acaba sometiendo a crítica una serie de aspectos en los cuales nosotros creíamos, o nos creíamos seguros.

El apoyo social es uno de los amortiguadores del estrés por excelencia.

De tal manera que cuando uno cuenta con apoyo de los demás, tiene menos posibilidades de desarrollar síntomas o de que la aparición de estresores a su alrededor, tengan un efecto negativo sobre su salud o sobre su vida.

Lo que no se puede es combatir un futuro incierto, con todo negativo y sin que se esté haciendo nada.

Hay que, desde todos los medios, desde los medios políticos, desde las organizaciones, desde las propias empresas, donde pasamos mucho tiempo trabajando, se pueden hacer estructuras resilientes, donde haya canales de comunicación, donde la persona se sienta como un individuo, que no se sienta un número de productividad, uno más, que no importa a nadie, sino que hay que ver que puede haber líderes en distintos estratos, y entre todos vamos construyendo una sociedad que sea más horizontal, no que nos lo den todo hecho, que nos den los recursos, sino que nosotros tenemos que ir construyendo ante las dificultades, pero sabiendo que tenemos un gran potencial, nuestro cerebro es el que rige toda la vida y la sociedad de cada tiempo, y si nosotros sabemos el potencial que tenemos, todo lo que queremos lo podemos conseguir.

Por eso, hoy en día, muchos de los estudios sobre Resiliencia se están aplicando al ámbito de la Psicología de las Organizaciones y del Trabajo.

Fin Resiliencia Parte 1

Parte 2 Aquí https://mipsicologomadrid.es/que-es-la-resiliencia-parte-2/

Dedicado a esa persona que es más que valiente, está siendo un ejemplo de resiliencia.

Fundador y Director de Mi Psicólogo Madrid Psicólogo General Sanitario Divulgador especializado en salud mental

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