Primero, es bueno dejar claro que un trastorno de la personalidad representa un patrón de comportamiento, pensamiento y sentimiento rígido. Que, además, es estable en el tiempo, y que difiere con las normas sociales vigentes.
Una persona que padece un trastorno de la personalidad no lo percibe como algo extraño o a destacar. Debido a que, lo vive como de forma natural creyendo que sus afectaciones son un rasgo (característica estable de la persona) en lugar de un estado (característica temporal).
En este sentido, una persona sin trastornos de la personalidad puede decir “estoy pasando por un momento de depresión”. Mientras que alguien con trastorno de la personalidad se referirá al problema como “es mi forma de ser”.
Quienes padecen este trastorno se distancian de otras personas. Se genera en quien lo padece una pérdida del interés en su circulo social. Incluyendo amistades cercanas o la familia.
Características del Trastorno Esquizoide de la Personalidad
Cuando hablamos de este trastorno de la personalidad hay una serie de características interesantes a saber:
- Pertenece al grupo A en la clasificación de los trastornos de la personalidad.
- Quienes lo padecen son denominados “raros o excéntricos”. Un calificativo que en ningún caso debe considerarse como devaluador o negativo. De hecho, ninguna personalidad, a priori, lo es… simplemente son expresiones que ayudan al terapeuta (psicólogo o psiquiatra) para el diagnóstico.
- Se observa en la persona la falta de relaciones personales y la ausencia de deseo y motivación para tenerlas.
- La persona con trastorno Esquizoide de la Personalidad suele ser solitaria.
- Se desarrolla un gusto por realizar actividades solitarias, que no incluyan compartir su vida con los demás.
- Las personas que presentan este trastorno suelen exhibir distanciamiento y frialdad emocional.
¿Cuáles son los síntomas que nos puede indicar que una persona tiene un trastorno esquizoide de la personalidad?
Además de las características que ya hemos comentado, los rasgos que permiten diagnosticar este trastorno en una persona son:
- Normalmente, se trata de personas retraídas y/o aisladas del contexto social. Los cuales, tienden a relacionarse mejor con personas conocidas que con extraños.
- Ofrecen una interacción limitada con las demás personas. Y, en los intercambios sociales, responden muy poco a los estados, los cambios y los deseos de sus pares.
- Normalmente entran a las conversaciones porque alguien les pregunta directamente a ellos.
- No comparten los estados emocionales que se dan en las conversaciones, por ejemplo: no ríen de un chiste, no se emocionan con el relato, etc.
- No encuentran satisfacción en las relaciones interpersonales. Es decir, no muestran deseos de desarrollar relaciones íntimas, ni siquiera las familiares.
- No les importa las opiniones de los demás.
- Son personas inexpresivas, no muestran sus emociones, tanto en situaciones positivas como negativas.
- Tampoco perciben las emociones ajenas.
- Puede parecerles que la vida es vacía o abrumadora.
¿De dónde proviene el trastorno de la personalidad?
El origen de los trastornos de la personalidad es multifactorial, por lo tanto, definir solo el origen no es tarea fácil y siempre traerá debate.
Estudios relacionan estos trastornos con el tipo de apego o las situaciones vividas en la primera infancia de la persona.
Por otra parte, están las teorías que hablan de genética. En todo caso, muchos concuerdan en que, seguramente, puede haber una combinación de todo lo anterior.
Un trastorno de la personalidad es una forma característica no solo de ser y actuar, sino de interpretar la vida. Esta característica acompaña a la persona “desde siempre” y no varía fácilmente.
Aunque, normalmente, es en adultos donde suele diagnosticarse, es difícil pensar que pueda surgir en etapas posteriores a la infancia.
Parece que estas personas en su niñez tuvieron figuras de apego frías y distantes. Que, de algún modo, sembraron la creencia en ellos de que las relaciones interpersonales no son necesarias para sentirse bien.
En este sentido, se genera una sensación de autosuficiencia desde la temprana infancia. Es decir, arreglárselas por sí mismo y creer que no se genera nada bueno en las relaciones interpersonales en general.
Sin embargo, somos individuos particulares y cada persona es única. Por lo tanto, cada caso debe ser analizado cuidadosamente para obtener un diagnóstico certero. Un paso indispensable, que debe hacerse de la mano con el paciente, para lograr un tratamiento efectivo.
Por último, debe considerarse el factor genético. Cabe la posibilidad de que la interacción entre genes y ambiente confluya en los hechos o variables para que exista un trastorno de la personalidad.
En todo caso, la investigación sigue abierta y la ciencia avanzando.
Existen muchas técnicas terapéuticas que se adaptan a diferentes casos. Por lo tanto, con todas las personas se puede trabajar hacia un camino de curación emocional y bienestar.
Tratamiento para el trastorno esquizoide de la personalidad
Es muy importante dejar claro que existen tratamientos para los trastornos de la personalidad realmente efectivos. A veces estos trastornos pueden hacer sufrir a las personas al no poder enfrentarse a situaciones cotidianas.
Por ejemplo, alguien que padece este trastorno podría necesitar desarrollar estrategias interpersonales para un trabajo o situación puntual. Acudir a la consulta puede ayudarle mucho en pro de su bienestar.
La duración del tratamiento y la técnica a emplear varía según los casos. Sobre todo, teniendo en cuenta que el trastorno de la personalidad presenta diferentes grados: leve, moderado o grave.
Durante el tratamiento la persona pone en perspectiva los conceptos adquiridos y los rediseña. Aprende a pensar sobre ellos mismos y los demás, a cuestionarse su forma de ver la vida, para poder desarrollarse de manera diferente.
Cada tratamiento será único y adaptado al diagnóstico. La idea es encontrar lo mejor para la persona que acude a terapia. Si tienes dudas, no dudes en contactarnos sin ningún compromiso.