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La Frustracion

En algún momento de nuestras vidas sentimos que no vivimos por un ideal ¿nos pedimos demasiado a nosotros mismos?

Hay momentos en que todos nos sentimos frustrados. Quizá vayamos a una fiesta en la cual el tema de conversación está por encima de nosotros, o puede que al conocer a nuestros parientes políticos sintamos que no llenamos sus expectativas. En tales ocasiones, los sentimientos de frustración son muy naturales y normales por lo cual no merece la pena tomarlo seriamente.

El tiempo y la experiencia suelen modificarlos.

Sin embargo, hay situaciones más serias en las que aparece la frustración, generalmente porque sentimos  que no damos la talla. Por ejemplo, una persona que haya sido ascendida, puede encontrarse con que no maneja sus nuevas responsabilidades adecuadamente. Sus subordinados ignoran sus órdenes y cree que además se ríen de él a sus espaldas. Se queda mudo en las reuniones de dirección, y no logra establecer una relación distinguida con sus clientes. Piensa que su trabajo es un riesgo y se siente bocado al fracaso. O el caso de una madre con dos niños en edad preescolar y un bebé en brazos agobiada por su trabajo en casa. Se cansará y se tornará irritable. Esta mujer se sentirá frustrada como madre y probablemente se juzgará inustamente. Pero la frustración no debe persistir si existe posibilidad de ayuda. En e primer caso expuesto, por ejemplo,  podría solicitar que le enviasen a un curso de entrenamiento, en dónde podría aprender las técnicas para manejar mejor sus problemas de trabajo. La estresada ama de casa podría encontrar ayuda en la pareja, en amigos, con quienes compartirían la carga regularmente y podrían ayudarse. La ayuda positiva es la mejor manera de salir de la frustración y de los tristes sentimientos que ello conlleva.

Porqué nos sentimos frustrados

La sociedad tiene mucho que ver con ello.  Si no, que le pregunten a Lucia (lectura obligatoria si te interesa el tema) Constantemente nos bombardean con ideales por los cuales es difícil vivir. Nos dicen que debemos estar jóvenes, o de lo contrario no nos amaran. Nos inculca la necesidad de estar bellos en todo momento. El éxito es el único criterio de juicio. Tener perfecta nuestra casa, los hijos inmaculados, saber cocinar, cumplir con nuestras obligaciones… a veces hasta el tiempo libre puede que este sujeto a la frustración.

Esta propaganda nos acosa diariamente por televisión, revistas y periódicos. Sin embargo, proponemos utilizarlas, podemos sacar provecho de ellas si conseguimos que nos estimule a mejorar nuestro estilo de vida y que no nos sintamos culpables cuando no lo conseguimos.

La frustración y los ideales imposibles

La sociedad nos asigna papeles que pueden ser difíciles de interpretar. Y nos preocupamos al no lograrlo. Se espera que seamos infalibles, dominantes, que tengamos mucho éxito en el trabajo, que seamos los mejores padres cuando regresamos a casa. Se nos pide muchas cosas y todas ellas son importantes que las consigamos. Al final la lista de objetivos es tan grande que aunque consigamos algunos de ellos, los que nos quedan pendientes nos pesan más.

Los problemas de personalidad y la frustración

La frustación puede ser más grave, tanto que algunos se desintegran literalmente en la misma. Son incapaces de solventar los diferentes aspectos de la vida. Son incapaces de formar o sostener una relación personal, mantener un empleo, manejar el hogar,  y en casos extremos, sentirnos incapaces de cuidar a la dieta y aspecto personal.

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La razón de este desastre la personalidad no siempre se conoce a fondo, pero podría derivar de algún caso específico traumático en la infancia, que hace que no nos sintamos capaces de afrontar una situación específica. O podría depender de una serie de decepciones y tragedias durante la vida adulta, que no hemos procesado bien. (para procesar nosotros usamos EMDR) Cualquiera que sea la causa, el tratamiento requiere ayuda cuidadosa de un psicólogo.

El psicólogo y la frustración

El terapeuta busca las causas de la frustración, para luego formarse un concepto sobre los elementos al respecto que puedan estar afectando o alimentando ciertos aspectos de la personalidad.

Tratará en todo momento de dar confianza al paciente. Podrá tratarse de un proceso lento pero se logrará progresar para beneficio del paciente y de las personas que viven con el que podría verse afectadas.
Es común que una enfermedad mental pueda producir síntomas de frustración. Por ejemplo, una depresión puede manifestarse en parte con muchos de los síntomas mencionados anteriormente. La diferencia es que bajo la depresión la personalidad puede ser normal así que se trata de un problema de manejable con fármacos y o con terapia

Hay que destacar que la adolescencia es capaz de generar dolorosos sentimientos de frustración. Los jóvenes son muy sensibles a cualquier diferencia entre ellos y sus amigos, incluso las cosas más simples como no disponer de dinero para vestir a la moda, frecuentemente puede producir mucho daño y frustración. Es muy grande la necesidad de estar bien en esta etapa de la vida y los padres no siempre son conscientes de ello. Nada se consigue vociferando a su descendencia que debe vestir correctamente, con ropas convencionales, pues con esto se corre el riesgo de alienarlos. Siempre debemos llegar a un consenso con los adolescentes, para que se sientan comprendidos. Afortunadamente es una etapa que se pasa. Los jóvenes, por muy independientes que parezcan, necesitan el apoyo de sus padres para no sentirse frustrados y para evitar que puedan tener posibles depresiones que se deriven de una adolescencia complicada.

La frustración sexual

En el nivel más simple, la frustración sexual puede significar que uno de los miembros de la pareja no puede satisfacer plenamente al otro. La solución ideal es discutir amorosamente problema. Puede tratarse de técnicas inadecuadas en lo que muchos libros pueden ayudar. Si la pareja se plantea con franqueza que les proporciona por ejemplo el placer sexual, estará más cerca de superar la dificultad, la cual será en tal caso tan solo temporal.

La situación es más compleja si la mujer no logra alcanzar el orgasmo, o si el marido sufre impotencia, lo cual es causa de muchos fracasos en el matrimonio, debe por tanto buscarse una ayuda para para prevenir los puntos cualesquiera que sean las causas, tener relaciones no satisfactorias origina sentimientos importantes de frustración. Existen psicólogos y terapeutas especializados en problemas sexuales ante los que ninguna pareja si quiere superar el problema, debe sentir timidez en el momento de buscar ayuda para esos escollos que ponen en peligro la relación. Por eso es tan importante acudir a un psicólogo que realice terapia de pareja, y cuanto antes, mejor. Para que el problema no vaya en aumento.

El perfeccionismo y la frustración

Es posible mayores problemas de frustración en los perfeccionistas. Se proponen metas y luchar por ideales que, cuando no logran alcanzar, generan frustración en ellos, a pesar de que nadie les juzgue de ese modo.

El perfeccionismo es un rasgo del temperamento difícil de superar, si eres de este tipo de personas, podemos mejorar la frustración, mejorar la paz interior, puesto que un alto grado de perfeccionismo y de exigencia hacia uno mismo puede hacer que no encontremos la felicidad nunca.

Preguntas frecuentes.

Soy muy tímido y muchas veces tengo que relacionarme con gente dentro y fuera del trabajo, ¿cómo puedo evitar sentir frustración en este caso?

Es muy importante que permanezcas ocupado cuando te reunas con gente tanto dentro como fuera del trabajo para que no estés analizando constantemente como te estás comportando. Muévete. Cuando estés fuera de casa ocúpate de alguna tarea por ejemplo, si sales de copas, encárgate tú de pedirle la Copa a alguien o si hacéis reuniones en casa por ejemplo, puedes ayudar a preparar la comida. También puedes buscar a alguien que veas que también está en la misma situación que tú e iniciar la conversación con esta persona

Comienzo en un nuevo trabajo y encuentro muy difícil el hablar con mis compañeros ya que muy raramente ellos me dirigen la palabra y me siento más que incordio. ¿Cómo puedo romper el hielo?.

Tómate tu tiempo para sentarte en el nuevo empleo y da tiempo a tus colegas para que se acostumbren a ti. Puedes buscar excusas para hacer preguntas acerca de tu trabajo, la gente adora ser útil, trata de encontrar a alguien que te parezca amistoso y esfuérzate en iniciar una conversación.
Hable, con el paso de los días el problema se resolverá de forma natural si interactuas con los demás.

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